la tiza y el suelo

El suelo es de un rojo ladrillo intenso, con una superficie satinada muy lisa y también extra deslizante. Trazo líneas discontínuas con una tiza utilizando como guías las juntas de las baldozas y pretendo sintetizar en el esquema el valor de una pared, una puerta o una ventana. Me basta sólo con una representación lineal, virtual, el resto es parte de una construcción imaginaria que encuentra en la línea de tiza todo lo necesario para manifestarse, para tomar cuerpo y funcionar como un canal del deseo (podría recurrir para explicarlo a la metáfora del nido o del útero pero me resultan un cliché, incluso en mi caso quizás llegaría hasta lo edípico, pero me inclino a pensar en la estética y el poder que te otorga al manipular el espacio a tu antojo). Es algo obsesivo por lo reiterativo, el dibujo pasa del papel al suelo y después de nuevo al papel, y descubro el soporte de pixeles que me absorbe, me deslumbra sólo por un momento, ya que me voy al lienzo con el que me siento 'como pez en el agua', pero finalmente vuelvo al suelo y a la tiza. La síntesis de la geometría y la imaginación pura.

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